Wingspan es uno de los juegos que más polémica ha suscitado y a la vez que más éxito ha tenido en la comunidad jugona en los últimos años. Su publicación en 2019 y la rápida subida al top 100 de la BGG, provocó las críticas de los que no lo veían como tan buen juego para ese merecimiento, pero polémicas aparte, es un producto que ha conseguido llegar a una amplia masa de jugones y que ahora he podido probar.
Su autora nos propone formar un aviario dónde colocaremos a las aves por su hábitat, pagando los recursos y generando diversos efectos. Es un juego de cartas que muestran diferentes aves, los alimentos necesarios para ponerlas en juego en nuestro tablero personal, su hábitat, los huevos que pueden acumular y otras habilidades.
Ese tablero personal divide las acciones que podemos realizar con los cubos de acción que irán disminuyendo a medida que avancen las cuatro rondas. Podemos jugar una carta de ave, obtener alimentos, poner huevos y robar nuevas cartas. Los alimentos están disponibles según las caras de los dados que tiraremos en un bonito comedero, mientras que las cartas de ave a robar se nos muestran en una también bonita caja de suministro.
Las mecánicas son encadenar combos, sumar puntos con las cartas de ave, usar los recursos que alimentan a nuestros pajaritos para poder distribuirlos en nuestros tableros y colocar huevos sobre ellos. Un juego de cartas con gestión de la mano y suma de puntos de victoria tanto por las cartas como por los huevos así como por varias bonificaciones. Se puede asemejar a Everdell pero Wingspan es más sencillo de reglas y tiene muchas menos cosas de las que estar pendiente durante la partida.
Aquí tenemos unas mayorías por las que se compiten a final de cada ronda y unos objetivos personales finales en cartas ocultas. El resto se limita a jugar nuestros cubos de acción en el tablero individual para intentar optimizar al máximo nuestra mano de cartas, robar las cartas que nos interesen y obtener los recursos necesarios del comedero. El azar está presente como en todo juego de cartas y también por la mecánica de recursos en dados.
Su producción es muy llamativa. Los dibujos de las aves son preciosos y tiene componentes de bastante calidad: tableros de jugador, el comedero para tirar los dados, la caja de suministro de las cartas de ave o el tamaño de los dados. De todas formas, como con muchos otros juegos, es un producto que se puede dulxificar con otros componentes realizados por los fans.
No puedo decir otra cosa que, aunque el tema de las aves parece que puede dejar frío a muchos jugadores, entre los que me incluyo, su implementación temática está muy bien conseguida. No hay demasiadas cosas espectaculares dentro de sus mecánicas pero en conjunto, el juego lo he disfrutado y me ha gustado hasta el punto de pensar en comprármelo, Creo que es un juego que por su ligereza, preciosismo visual y mecánicas, puede encajar en mi casa. En cuanto a la temática, no hay mucho que decir, porque tampoco me vuelven loco temáticas de juegos que me gustan mucho como los animales fantásticos de Everdell o la granja de Agrícola. Lo importante es que esa temática la encuentre dentro del juego no solo como un añadido sin importancia y sus mecánicas me lleven de la mano durante la partida. Wingspan lo ha conseguido en mi primer acercamiento hacia él.
Hasta ahora dispone de dos expansiones:
-Expansión Europea: mazo de cartas con aves de Europa, cartas de bonificación y fichas de objetivo de final de ronda.
-Expansión Oceanía: mazo de cartas con aves de Oceanía, nuevo efecto de activación al final de la partida, néctar como nuevo recurso y nuevos tableros de jugador.
-Expansión Asia: mazo de cartas con aves de Asia, modo dúo, modo bandada, dos tableros nuevos.