La serie 1900 de Looping Games se compone de los siguientes títulos: 1906 San Francisco, 1911 Admunsen & Scott, 1920 Wall Street, 1942 USS Yorktown y 1987 Channel Tunnel. Juegos en caja pequeña y a muy buen precio pero que, a pesar de su tamaño, ofrecen productos más que interesantes. 1923 Cotton Club se viene a sumar a esta saga. Un juego de Pau Carles como diseñador y Pedro Soto de ilustrador, que recrea el ambiente del famoso local de jazz Cotton Club.
De 2 a 4 jugadores, nos encontramos con 2 tableros, 110 cartas y componentes para cada uno de los jugadores. Varios tracks marcan el nivel de iniciativa, criminalidad, influencia y prestigio. Cuatro conceptos que sirven para ir avanzando en nuestro garito, siendo el prestigio el equivalente a puntos de victoria, la iniciativa indica el orden de turno, la influencia es necesaria para atraer a personalidades importantes y la criminalidad es un track en el que hay que evitar ir el primero para no ser penalizado con puntos de victoria.
Las cartas son el elemento principal del juego. Hay de cinco tipos que podemos robar de un suministro común que se va actualizando: mejoras del local, gánsters, contrabando, artistas y celebridades. Así podremos mejorar nuestro local (subiendo en los tracks correspondientes), comprar bebidas alcohólicas de contrabando, contratar a gánsters y artistas, así como tener un club con suficiente atractivo para que las celebridades más importantes de la época vengan a disfrutar de nuestro negocio.
La mecánica principal es la de colocación de trabajadores en las diferentes opciones y poder robar las cartas mencionadas que se irán solapando en nuestra tablero individual para, en definitiva, ir ganando puntos de prestigio que dan la victoria al final de la partida. También hay gestión de recursos con los iconos de las cartas adquiridas. Por ejemplo, los artistas pueden ser cantantes, bailarines o músicos según los iconos de su carta.
Temáticamente está muy bien logrado el ambiente con las ilustraciones, los diferentes conceptos implementados y el sentirnos como parte del mundo que refleja el juego: un local de jazz durante la ley seca estadounidense. Años 20, mafia, música, artistas, celebridades, bebidas de contrabando y todo lo que rodea al tema está bien escogido.
Hay otro mazo de cartas que son las de eventos que irán apareciendo en las sucesivas rondas, cartas elegidas por los jugadores y otras sacadas al azar. Todos estos eventos dan un buen puñado de puntos de victoria pero están ocultas, salvo que usemos la acción de chivatazo que nos permite enterarnos de cuales son.
Un juego que me sorprende por tener tanto dentro de una caja tan pequeña: cartas, meeples, tokens, tableros individuales, tableros de juego y un diseño más que recomendable aunque el resultado sea de un euro ligero pero con suficientes decisiones durante la partida para escapar del rango de familiar a un nivel medio. Lo recomiendo sin dudar, tanto por el precio, el poco espacio que ocupa en la ludoteca así como en que me parece suficientemente entretenido y temático para jugarlo con interés, Un producto que ha cumplido mis expectativas más que de sobra.
